Anárquica
como caprichosa es la poesía que se regenera de las palabras de quien tiene
muchas cosas para contar como también para ocultar. Sólo que la primera
instancia prevalece y así salen a la luz. Muchas veces las poesías son gritos
que estaban contenidos y por la propia fuerza toman vida. Y así parece ser el marco
en el que nació “Lo que bulle”, primer libro de Soledad Manin, traductora
pública de inglés y abogada, que encuentra en su tangente existencial, arte.
No son
muchos los tópicos que motivan la pluma de Manin, sin embargo son profundos y
sentidos. El amor por su hija, el recuerdo de su niña interior, la adolescente
que dejó en el calendario y la mujer que hoy es. Claros disparadores como diálogos con el espejo y su alrededor
para dejar en papel lo que siente. Y son esos parlamentos tácitos con su hija
en donde más se nota su verdad. Siempre con el dejo de nostalgia necesario
para que cada oración tome cuerpo y golpee directo al corazón de cada lector.
Separado en
capítulos que llevan consigo títulos relacionados con la autora, el libro se
debate entre la catarsis, la reflexión personal y familiar, y el análisis
femenino en este nuevo paradigma social. Y lo que fue concebido en un
cuadernito marrón en octubre de 2016, tal como dice la propia autora, hoy ya
son pensamientos que cada persona termina de completarlos con sus propios
rostros, recuerdos y miedos.
Soledad
Manin tiene una forma de escribir elástica. Que une muchos puntos y genera
empatía al segundo con quien tenga el libro en sus manos. Porque escribe desde su
fibra más íntima y porque su profesión alejada de la poesía, la acerca al
resto. No hace de la intelectualidad una bandera, sino que toma sus recursos
para buscar compañía. Y en los segundos que tarda uno en leer sus párrafos, lo
consigue con mucha cercanía.
Nombre: “Lo
que bulle”.
Autora:
Soledad Manin.
Editorial:
Halley.
82 páginas.
Por Mariano
Casas Di Nardo
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