–El
superclásico más decisivo en tiempos de tinieblas–.
Existen
partidos de fútbol que quedan por siempre. Por su expectativa y por las
esquirlas inolvidables que dejan con su resultado. Y sin duda, la final entre
Boca y River disputada el miércoles 22 de diciembre de 1976 en el estadio de
Racing Club de Avellaneda ante más de noventa mil personas, amerita todo. Un
documental, un libro y hasta una película, por qué no. En este caso, su autor
Diego Estévez editó lo que los hinchas xeneizes más longevos aún tienen en su
retina. La única final disputada entre los dos equipos más grandes de
Argentina.
Pero más
allá de la final en sí, muchos son los aspectos que hicieron de ese partido
algo inolvidable. Los dos mejores arqueros de la historia de nuestro futbol en
cada lado, Ubaldo Fillol para River y Hugo Gatti para Boca. Un estadio neutral
abarrotado de hinchas, un árbitro como Arturo Andrés Ithurralde impartiendo
justicia y en los bancos, dos emblemáticos directores técnicos como Ángel
Labruna y Juan Carlos Lorenzo. Así mismo, el país hacía poco estaba sumergido
en la peor de sus dictaduras. Un pueblo oprimido por su coyuntura y un
hervidero de pulsiones en pleno Avellaneda. De por sí, este libro está
justificado, y no hacía falta la exquisita reflexión del mismo autor en “Antes
de empezar”.
Autor de
varios libros históricos de fútbol argentino, Diego Estévez confirmó con “La
final” que va por buen camino editorial y que si mantiene su estilo, poesía y
estructura, puede abordar otros momentos épicos del deporte más pasional de
todos.
Dicen que la
historia la escriben los que ganan y este es un ejemplo de ello; porque claro
está, es un libro a pedir de Boca, pero también puede leerse siendo de
cualquier otro equipo, incluso de River Plate. Es pasión, pero también es
historia. Un revisionismo para que una parcialidad disfrute y la otra encuentre
los motivos de por qué tal derrota. Un partido de ajedrez que se disputó en el
verde césped y que su autor lo revive como ninguno.
Nombre: La final.
Autor: Diego Estévez.
Editorial: Aguilar.
280 páginas
Por Mariano
Casas Di Nardo
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