Si de algo
no se la puede acusar a la periodista Clarisa Ercolano es de oportunista.
Porque en un país como Argentina, siempre y nunca es el momento para publicar
un libro que deje en evidencia los entretejidos entre la política y las esferas
corruptas. No es un tema cíclico, es constante. Salvo los nombres, que si bien
algunos se repiten de un hecho al otro, todo el tiempo están surgiendo nuevos. De
las mismas sombras, donde cohabitan todos los protagonistas a los que la autora
les pone Luminol para que queden en evidencia, cuales Pitufos traicioneros.
Lo bueno de un
libro escrito por una periodista, es que a su denuncia, le agrega una escritura
clara y concisa. Si hay una palabra de más, es para reforzar su investigación y
no porque no sepa cómo explicarlo. Y en “Escuchas ilegales”, a todo le reviste una
pátina de crónica policial, que nos intranquiliza a medida que avanzamos. No
solo trasluce las irregularidades de cada caso, sino que le pone enigma,
tensión y verdad. Algo es cierto, una vez leído el libro, uno tiene ganas de
irse a vivir a otro país. Porque la verdad deprime y angustia. Todo pareciera perdido
y en un país donde la justicia está ausente y tira para el lado de los malos, entendemos
que sólo el azar nos puede llevar a buen destino.
“Escuchas
ilegales” nos trasluce todo lo que esconden los casos de corrupción de los
últimos años de nuestra vida política. Capítulos destinados a los Macri y sus sendos
secuestros, los roles de los espías en los gobiernos de Néstor Kirchner y
Cristina Fernández, los hechos que pusieron en el ojo de la tormenta a los ex
agentes de la SIDE Jaime Stiuso y Fernando Pocino y todo lo que rodea a los
casos AMIA y Nisman; más el posicionamiento de la Policía Metropolitana. Todos
ítems vinculados, con los que Hollywood se haría un festín y que en nuestro
país, se omiten por completo.
Es que su
autora es como esa mosquita en la cara de cualquier persona, que pica y
hacer doler. Ok, no es letal, pero molesta e incomoda. Su presencia altera y
más de uno la quisiera lejos. Porque ella merodea la coyuntura, investiga y
edita. Del otro lado, nosotros, los ciudadanos comunes, que rogamos existiese
una Clarisa Ercolano en cada redacción, canal y radio. No como heroína banal
pero sí como voz autorizada para escuchar y ponerse a pensar. Sobre todo cuando
vemos a los panelistas de nuestra televisión que aplauden cuales focas
atolondradas cualquier discurso adormecedor.
Festejemos y
agradezcamos la incursión de Clarisa Ercolano en el mundo editorial con libros
reveladores como “Escuchas ilegales”; aunque claro, una vez terminado,
repito, nos demos cuenta del triste país en el que vivimos.
Nombre: Escuchas ilegales.
Autora: Clarisa Ercolano.
Editorial: Sudamericana.
240 páginas.
Autora: Clarisa Ercolano.
Editorial: Sudamericana.
240 páginas.
Por Mariano
Casas Di Nardo