miércoles, 25 de marzo de 2015

"Escuchas ilegales"

Si de algo no se la puede acusar a la periodista Clarisa Ercolano es de oportunista. Porque en un país como Argentina, siempre y nunca es el momento para publicar un libro que deje en evidencia los entretejidos entre la política y las esferas corruptas. No es un tema cíclico, es constante. Salvo los nombres, que si bien algunos se repiten de un hecho al otro, todo el tiempo están surgiendo nuevos. De las mismas sombras, donde cohabitan todos los protagonistas a los que la autora les pone Luminol para que queden en evidencia, cuales Pitufos traicioneros.

Lo bueno de un libro escrito por una periodista, es que a su denuncia, le agrega una escritura clara y concisa. Si hay una palabra de más, es para reforzar su investigación y no porque no sepa cómo explicarlo. Y en “Escuchas ilegales”, a todo le reviste una pátina de crónica policial, que nos intranquiliza a medida que avanzamos. No solo trasluce las irregularidades de cada caso, sino que le pone enigma, tensión y verdad. Algo es cierto, una vez leído el libro, uno tiene ganas de irse a vivir a otro país. Porque la verdad deprime y angustia. Todo pareciera perdido y en un país donde la justicia está ausente y tira para el lado de los malos, entendemos que sólo el azar nos puede llevar a buen destino.

“Escuchas ilegales” nos trasluce todo lo que esconden los casos de corrupción de los últimos años de nuestra vida política. Capítulos destinados a los Macri y sus sendos secuestros, los roles de los espías en los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández, los hechos que pusieron en el ojo de la tormenta a los ex agentes de la SIDE Jaime Stiuso y Fernando Pocino y todo lo que rodea a los casos AMIA y Nisman; más el posicionamiento de la Policía Metropolitana. Todos ítems vinculados, con los que Hollywood se haría un festín y que en nuestro país, se omiten por completo.

Es que su autora es como esa mosquita en la cara de cualquier persona, que pica y hacer doler. Ok, no es letal, pero molesta e incomoda. Su presencia altera y más de uno la quisiera lejos. Porque ella merodea la coyuntura, investiga y edita. Del otro lado, nosotros, los ciudadanos comunes, que rogamos existiese una Clarisa Ercolano en cada redacción, canal y radio. No como heroína banal pero sí como voz autorizada para escuchar y ponerse a pensar. Sobre todo cuando vemos a los panelistas de nuestra televisión que aplauden cuales focas atolondradas cualquier discurso adormecedor.  

Festejemos y agradezcamos la incursión de Clarisa Ercolano en el mundo editorial con libros reveladores como “Escuchas ilegales”; aunque claro, una vez terminado, repito, nos demos cuenta del triste país en el que vivimos.

Nombre: Escuchas ilegales.
Autora: Clarisa Ercolano.
Editorial: Sudamericana.
240 páginas.

Por Mariano Casas Di Nardo

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