Imposible
abordar “El hilo rojo” virgen de prejuicios, tanto positivos como
negativos. Habría que ser un témpano o una persona ermitaña vinculada
directamente a la literatura (y desconocer el resto del mundo), para tener el
libro en las manos y que no venga a la cabeza, todo el periplo amoroso de
Benjamín Vicuña, China Suárez y Pampita. Pero también está lo motivador, saber
que Erika Halvorsen es la misma que brilla desde hace años como autora teatral.
Que todo aquél que haya disfrutado de su teatro, vivió verdaderos sismos de
sensaciones. “Hija de Dios”, “Ser ellas”, “Yo me lo guiso, yo me lo como” y "Fuimos todos", son postales que aún conviven en algún rincón de nuestra
mente.
El punto más
destacado de su autora, es encontrar en el repertorio universal de leyendas,
una tan desconocida como interesante. Todos ignoraban la historia de ese hilo
rojo invisible que conecta a aquellas personas que están destinadas a
encontrarse. Y sobre la misma, vertió sus conocimientos literarios, su
exquisita prosa, poesía, perversión y sensualidad, para que Antón y Abril tomen
vida.
Ambientada
en la Buenos Aires actual, la trama cuenta como las dos vidas establecidas de
Antón y Abril con sus respectivas familias, comienzan a alterarse, cuando se
reencuentran por casualidad. Ellos se habían conocido tiempo atrás, cuando su
soltería se los permitió, pero no así el destino. Separados, cada uno forja su
vida, con matrimonios sentidos e hijos incluidos. Pero tal la leyenda, ese hilo
se estiró tanto hasta que se contrajo y los reunió.
Podrá gustar
o no la historia, podremos avalar o no la leyenda, pero algo es coherente e
inherente al oficio de Erika Halvorsen, y es que nunca pasa desapercibida. En
esta ocasión, para dejarnos un relato erótico, que no solo nos hace disfrutar
su lectura, sino que nos prende fuego la cabeza haciéndonos pensar quién puede
estar del otro extremo de nuestro hilo rojo.
Nombre: El hilo rojo.
Autora: Erika Halvorsen.
Editorial: Sudamericana.
192 páginas.
Por Mariano
Casas Di Nardo
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