miércoles, 29 de junio de 2016

"El hilo rojo"

Imposible abordar “El hilo rojo” virgen de prejuicios, tanto positivos como negativos. Habría que ser un témpano o una persona ermitaña vinculada directamente a la literatura (y desconocer el resto del mundo), para tener el libro en las manos y que no venga a la cabeza, todo el periplo amoroso de Benjamín Vicuña, China Suárez y Pampita. Pero también está lo motivador, saber que Erika Halvorsen es la misma que brilla desde hace años como autora teatral. Que todo aquél que haya disfrutado de su teatro, vivió verdaderos sismos de sensaciones. “Hija de Dios”, “Ser ellas”, “Yo me lo guiso, yo me lo como” y "Fuimos todos", son postales que aún conviven en algún rincón de nuestra mente.

El punto más destacado de su autora, es encontrar en el repertorio universal de leyendas, una tan desconocida como interesante. Todos ignoraban la historia de ese hilo rojo invisible que conecta a aquellas personas que están destinadas a encontrarse. Y sobre la misma, vertió sus conocimientos literarios, su exquisita prosa, poesía, perversión y sensualidad, para que Antón y Abril tomen vida.

Ambientada en la Buenos Aires actual, la trama cuenta como las dos vidas establecidas de Antón y Abril con sus respectivas familias, comienzan a alterarse, cuando se reencuentran por casualidad. Ellos se habían conocido tiempo atrás, cuando su soltería se los permitió, pero no así el destino. Separados, cada uno forja su vida, con matrimonios sentidos e hijos incluidos. Pero tal la leyenda, ese hilo se estiró tanto hasta que se contrajo y los reunió.

Podrá gustar o no la historia, podremos avalar o no la leyenda, pero algo es coherente e inherente al oficio de Erika Halvorsen, y es que nunca pasa desapercibida. En esta ocasión, para dejarnos un relato erótico, que no solo nos hace disfrutar su lectura, sino que nos prende fuego la cabeza haciéndonos pensar quién puede estar del otro extremo de nuestro hilo rojo.

Nombre: El hilo rojo.
Autora: Erika Halvorsen.
Editorial: Sudamericana.
192 páginas.

Por Mariano Casas Di Nardo





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