En su primer libro de poesías, Vanesa
Martín se muestra de la forma más cruda. Como sospechamos son la génesis de sus
canciones. Un cúmulo de sensaciones en un papel. Sólo que esta vez, la segunda
parte no existe. Queda solo la edición de su corazón que ubica una palabra
antes o un recuerdo después. Y los lectores, que nos sale el cholulismo de por sí,
entre nuestra identificación e historia, nos preguntamos a quién le dedicará
cada línea de pensamiento. Esa es la magia de los artistas, y por artistas
englobamos a cantantes, músicos, escritores y plásticos, de quien desconocemos
su vida privada y así agigantamos su figura.
“Mujer océano” es un libro para atesorar
en un cofre de esos que llevan candado, y que uno por despistado pierde la
llave. Poesías eternas, tristes, alegres, desgarradoras, alucinadoras,
mezcladas cada tanto, con las delicadas ilustraciones de InmArcesible. La
portada, otra pintura que bien valdría un espacio de nuestra pared para
ubicarla como cuadro, es crédito de Masahiro Sato.
Imprescindible
para aquellos fanáticos de su autora, y también para quienes disfrutan del género poético.
Palabras con sentidos, muy breves e inmensas y universales historias de amor,
algunas obvias, otras superficiales, pero que hacen a la vida de cualquier
ser humano. El punto más exacto de Vanesa Martín, sin
su guitarra pero con su voz tácita.
Nombre: Mujer
océano.
Autor: Vanesa Martín.
Editorial: Planeta.
192 páginas.
Por Mariano Casas Di Nardo
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